Aquella presunción de hace un par de meses finalmente, se cumplió y Sergio Agüero oficialmente se despidió de la actividad profesional, persuadido por una junta médica que trabajó en este tiempo, para profundizar los estudios y agotar los caminos de una recuperación que le permitiera, decidirlo de una manera menos traumática y más acomodada a su rica campaña en la elite del futbol.
Las cosas son como son, no siempre, como quisiéramos y en este caso, nos hemos quedado con ganas de los bises, de una carrera que prometía otros capítulos acaso hazañosos, como los de su apogeo en el City, donde su figura ya está ligada a las celebridades, de una liga como la inglesa, que no tiene reservado mucho lugar para los futbolistas foráneos, mucho menos para los nacidos al sur de América, con los que colisionan temas culturales y hasta políticos, que generalmente resultan óbices para toda integración.
Agüero se fue de pibe de la Argentina, eyectado por sus regates y sus goles en Independiente; eran tiempos donde los clubes del viejo mundo compraban jugadores a granel sin esperar los procesos de maduración, que tantas frustraciones provocaron en otros casos. El Kun ya estaba revestido de una pátina especial que lo llevaría a pesar de su escasa formación, a instalarse primero en Madrid y un tiempo después, una década en Manchester.
Como un excéntrico guión de una película de cuyo final, nadie escribió en los términos en los que se desarrolló, lamentablemente.
Habitante de los potreros, típica estampa de un gurrumín criollo, de la talla de Maradona, Houseman y de parentesco directo en ese sentido del propio Lionel Messi, no necesito que el paso del tiempo se desprendiera demasiado de esas imágenes que pronosticaban inolvidables hazañas dentro de un campo de juego.
Un predestinado al éxito a partir de fusiones que poco abundan pero que son infalibles, cuando reunidas, se presentan en un deportista, Agüero era un desenfadado talentoso, un maridaje que le facilitó la tarea dentro y fuera de las canchas, hasta convertirse en un ciudadano ilustre en Inglaterra, eludiendo lo obstáculos más complejos y seduciendo con sus goles, a una afición de logros postergados por décadas.
Toda esa reivindicación, estuvo en sus pies.
EL REY KUN
En julio de 2011, el Manchester City fichó a Sergio Agüero. Roberto Mancini destacó su potencia física y su capacidad goleadora. Venía de anotar 27 tantos en la liga española con el Atlético, pero no le llovieron las ofertas precisamente. Pero tuvo una que le cambió la vida, a él y a la afición celeste. Pasaron jugadores y entrenadores por el Manchester City, un club que crecía con prisa debido a las inversiones del Jeque Mansour bien Zyed Al Nahyan. La constante, la base sobre la que se construyó tanto éxito fueron los goles de Agüero.
Durante su década en el Etihad Stadium, Sergio marcó 181 goles en la Premier League. Convirtiéndose en el extranjero con más tantos en la liga inglesa, y en el cuarto máximo artillero desde la creación de la misma en 1992. El récord lo logró en un encuentro en Villa Park en enero de 2020. Aquel día batió dos. Con su hat-trick se convirtió en el foráneo con más goles, y también batió el récord de Alan Shearer de más tripletes (11) en la competición.
Agüero cuenta con el mejor promedio de goles por minuto de cualquier futbolista con diez o más goles en la Premier League, logrando un tanto cada 108 minutos. También es uno de los jugadores que más goles han marcado en un mismo partido de liga inglesa. Marcó cinco veces al Newcastle United, equipo al que más goles ha marcado (junto al Chelsea), en octubre de 2015. Mientras el resto de futbolistas que han logrado este hito completaron los 90 minutos de sus respectivos encuentros, Agüero logró la manita en 66. Ningún jugador ha ganado más veces el premio al mejor futbolista del mes en la Premier League, lo hizo en siete ocasiones.
Goles, goles y más goles. Esa ha sido la principal aportación de un Sergio Agüero que, junto a Thierry Henry, es el único futbolista en marcar 20 o más goles durante cinco campañas consecutivas de liga. Jugó contra 33 equipos en la Premier League, y marcó ante 32. Solo el Bolton Wanderers quedó a salvo del Kun.
Será por todo esto que las estadísticas irrefutables subrayan, que la conferencia en el Camp Nou, fue palpitada con emoción por los seguidores del Ciudadano y con la presencia entre los invitados especiales de Pep
Guardiola, el último de sus entrenadores con la casaca celeste y el que al igual, que había sucedido muchos años atrás con Lionel Messi, apadrinó en la etapa de cancelación de su relación con ese equipo de la Premier League, algo que de ninguna manera hacía presagiar, el desenlace de su carrera deportiva, no bien comenzó a vincularse con Barcelona, el último redil al que llegó con la ilusión de compartir staff con el rosarino y que el destino, tampoco le brindó, ni siquiera de manera efímera, la oportunidad ante la inesperada salida del capitán de la Selección Argentina.
Agüero, de 33 años, había firmado dos años de contrato con el Barcelona, pero el pasado 30 de octubre, en pleno partido, el Kun se tomó el cuello y, tras dar indicios de dificultades para respirar, fue atendido por los médicos del equipo que lo obligaron a pedir el cambio. Los estudios detectaron una arritmia cardíaca, que es una afección en el corazón que puede ser moderada o severa y ocurre cuando los impulsos eléctricos que coordinan los latidos, no funcionan correctamente.
Todo lo demás, es una historia conocida con inflexiones que combinan sensaciones encontradas…
El futbolista ya es historia, sus méritos han conquistado el corazón de miles de aficionados que también en nuestro país, lo saludan con marcial inclinación.