Mi pregunta a Scaloni en la conferencia después de esa inolvidable lección de fútbol que La Gloriosa le diera a los inventores del «jogo bonito»…es que dan ganas de ser hinchas de esta selección, hace un lustro que llevan la bandera y además de romper todas las estadísticas conocidas ( 60 victorias, ganó todos los partidos en el Monumental, 4 títulos y más de 50 jugadores promovidos en este ciclo) representan mucho más que esos registros, convirtiéndose en una filosofía de competencia y un modelo de integración generacional.
Vuelvo a Scaloni, que ya ha desarrollado anticuerpos para evitar caer en la tentación de admitir, que es el padre de esta criatura e insiste con los méritos absolutos de los futbolistas y su escasa influencia en esta era Dorada, que no encuentra paragon..
Ya lo conocemos, nunca aceptará elogios públicos y empecinarse, es en vano «el que me vio jugar se dará cuenta que no le puedo enseñar nada a estos jugadores» llego a decir anoche en un alarde de altiva humildad. Esa personalidad que cierra caminos y lo encripta en lo impenetrable de sus emociones, impide ir más allá, por eso, me vuelve a esquivar con reflejos de gacela «como sigue? No lo sé, hay que seguir compitiendo con las obligaciones que tiene este equipo sus objetivos que van partido a partido»
Uff, otra vez el casete….
Bueno, basta de inferencias y sigamos analizando lo que tenemos a mano, una clasificación para el próximo mundial; el dilema de prolongación de la fecha de vencimiento de @leomessi y una renovación que ya llegó de la mano de Thiago y Giuliano entre otros.
Fin para esta ventana que quedará para la posteridad, prueba de carácter en Montevideo y derroche de magia frente a Brasil, una síntesis del reinado en el planeta fútbol y depositarios de un designio que nos transporta a amplificar este tiempo de los años felices.