9 de Julio se impuso como local por 2 a 0 a Ben Hur, en el clásico rafaelino del Torneo Federal A.
Es difícil argumentar factores externos como argumentos de resultados en un juego lúdico y caprichoso como el fútbol, mucho más si los recursos que se administran son limitados y escasos en algunas ocasiones.
Sin embargo, suele pasar que la llegada de un nuevo entrenador despierte células muertas o adormecidas y que jugadores de andar cansino, por ejemplo, recuperen un espíritu competitivo en el momento más necesario, pero menos esperado según los antecedentes.
El 9 le ganó el clásico a Ben Hur con una autoridad y solvencia desconocida hasta aquí, si tomamos como referencia el comportamiento de un equipo atomizado y carente de recursos ofensivos, que se devoraron las mejores intenciones del técnico anterior, Maxi Barbero.
¿Entonces, se le pueden atribuir al Chaqueño Varela dotes de milagrero?
Está claro qué no, pero que su intervención en la preparación del partido y las decisiones que luego tomó en la parte final, influyeron en la victoria y en los indiscutidos fundamentos, tampoco se lo puede desconocer.
Desde el cambio de roles de los zagueros, Androetto reacomodó a Centurión; con Maldonado liberando a Macies, figura del partido por despliegue y solidaridad y con Delsole chispeante, atrevido, el 9 cerró una actuación muy por encima de las expectativas, recuperando motivaciones y reduciendo las facultades de un adversario que llegó al Coloso empoderado por su gran victoria ente Douglas y una identidad de juego ajustada al paladar del Negro Barraza, un hombre que se revela a las mezquinas tendencias de una categoría de colores grises.
Me dispuse con curiosidad,} a observar a un equipo como Ben Hur, acaso con menos puntos de los que debería tener en el torneo por atrevimiento y coherencia, pero nunca llegó a estar a la altura de este desafío dejando una imagen descolorida que desmintió al menos hoy, sus pergaminos.
Entre tantas definiciones, a la que más apelo es que el fútbol está hecho de momentos y en este sentido podríamos pronosticar que el León dejó atrás una seguidilla desafortunada y que Ben Hur necesitará seguir trabajando duro para consolidarse, sobre todo de visitante, condición en la que perdió los 5 partidos que jugó.
Para el estribo, un elogio por el comportamiento ejemplar dentro y fuera de cancha, un regalo que nos hicimos los rafaelinos, en un momento de tensiones y agresividad colectiva.